domingo 21 septiembre 2025 - 19:31
¿Cuáles fueron las recomendaciones más importantes del Mensajero de Dios a la comunidad islámica?

Hawzah /Hojjatoleslam val-Moslemin Malekutinia dijo: El gran Profeta afirmó: “Que la misericordia de Dios sea con aquel que, al emprender una labor, la realiza con precisión y perfección” (Kanz al-Ummal, t.3, p.907). Es decir, la bendición de Dios recae sobre la persona que toma una tarea en sus manos y la cumple de manera correcta y completa. Esta enseñanza abarca a cada individuo de la sociedad: trabajadores, maestros, enfermeras, parlamentarios, empleados, directivos y toda profesión o responsabilidad.

Según informa la Agencia de Noticias Hawzah, el día 17 de Rabi al-Awwal, de acuerdo con la opinión mayoritaria de los historiadores, corresponde al aniversario del nacimiento bendito del Noble Mensajero del Islam, el Honorable Muhammad Mustafa (la paz sea con él y su familia). Según los eruditos chiíes, este nacimiento tuvo lugar al alba de un viernes en la Meca. Su nombre fue Muhammad y su kunya Abu al-Qasim. El nombre de su padre fue Abdullah y el de su madre Amina bint Wahb.

Con este motivo, se realizó una entrevista con el investigador y profesor de la Hawzah de Qom, Hojjatoleslam val-Moslemin Ali Malekutinia, cuyo contenido completo presentamos a continuación.

¿Cuáles fueron las recomendaciones más importantes del Mensajero de Dios a la comunidad islámica?

Rasgos sobresalientes del Profeta del Islam

El Líder Supremo ha dicho: “El Gran Profeta es como una galaxia en la que existen miles de puntos brillantes de virtud” (1/1/1385 h. sh./2006). Por ello, escoger solo algunas de esas cualidades resulta difícil. Sin embargo, en conjunto, parece que tres virtudes se destacan con mayor claridad: la misericordia, la valentía y la firmeza.

El Noble Profeta era muy afable; nunca fue áspero con la gente, no insultaba, no imponía favores, saludaba a todos y trataba con bondad tanto a jóvenes como a mayores. Asimismo, fue sumamente valiente: ningún ejército de enemigos o tribus hostiles logró atemorizarlo. Se mantuvo firme, enfrentando con toda su fuerza al mundo de los idólatras e hipócritas.

Además, considero que la base de todos sus logros fue la virtud de la perseverancia en el camino de la verdad. Ni las intrigas ni la enemistad de los incrédulos pudieron debilitar su determinación en la misión de difundir el mensaje divino, aplicar los mandatos de Dios y establecer la justicia. Por el contrario, mientras más crecían las hostilidades, amenazas y sanciones, más aumentaba su firmeza. Fue esta constancia la que hizo posible el florecimiento del Islam en tan corto tiempo.

¿Cómo lo presenta el Corán?

El Corán describe al Profeta con diversas expresiones. Entre ellas, destacan estas palabras:

“Ha venido a vosotros un Mensajero de entre vosotros. Vuestras dificultades le resultan penosas, está ansioso por vuestro bien, y es compasivo y misericordioso con los creyentes” (Sura at-Tawba, 128).

Esto significa, primero, que el Mensajero de Dios sufre con los sufrimientos de la comunidad, compartiendo con ellos las dificultades; y segundo, que en su afán por guiar y aconsejar al pueblo, no escatima esfuerzo alguno.

Otra característica que el Corán señala es que el Profeta fue maestro de ciencias inaccesibles para la gente. Tal como se dice en la Sura al-Baqara (151): “Hemos enviado a vosotros un Mensajero de entre vosotros que os recita nuestros versículos, os purifica, os enseña el Libro y la sabiduría, y os enseña lo que no sabíais”. Por ello, debemos dedicar más tiempo al estudio del Corán y de los hadices proféticos, pues están colmados de gemas invaluables que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.

¿Cómo lo describen los Ahlul Bayt?

De entre las palabras de los Ahlul Bayt sobre el Profeta, me parece especialmente significativa la expresión de que él fue un “médico social”.

En palabras del Imam Ali (Nahj al-Balagha, sermón 108):

“Un médico que recorre (la sociedad) con sus remedios, que ha preparado bien sus bálsamos y calentado sus instrumentos de cauterización; los aplica allí donde es necesario: en corazones ciegos, oídos sordos y lenguas mudas. Con sus medicinas busca los lugares de la negligencia y de la confusión.”

Esto significa que el Profeta actuaba como un médico que diagnosticaba y trataba las enfermedades espirituales de la sociedad. Se involucraba en la vida de la gente, identificaba los problemas y buscaba soluciones. Su prioridad era la reforma social y política, asumiendo esa responsabilidad con firmeza. Y esa misma responsabilidad recae hoy en día sobre los sabios religiosos y estudiantes de las Hawzah.

Recomendaciones principales del Mensajero a la comunidad islámica

Las enseñanzas del Profeta son todas importantes, pero en las circunstancias actuales, hay algunas que resultan más necesarias:

El Profeta dijo: “Quien amanece sin preocuparse por los asuntos de los musulmanes, no es un musulmán” (Al-Kafi, t.2, p.164, h.4). Es decir, el verdadero musulmán es aquel que se preocupa por los asuntos de la comunidad, en especial de los oprimidos y necesitados.

También dijo: “Que la misericordia de Dios sea con quien, al emprender una labor, la realiza con perfección” (Kanz al-Ummal, t.3, p.907). Esto implica que todos —trabajadores, docentes, enfermeras, funcionarios, dirigentes y demás— deben realizar sus responsabilidades con dedicación.

Los problemas de cualquier sociedad, ya sean corrupción, inflación o carencias, suelen tener como raíz la negligencia y la falta de compromiso. Si las personas y autoridades cumplieran sus deberes de forma adecuada, no aparecerían tales dificultades.

Otra recomendación fue: “Casad y multiplicaos, pues yo me enorgulleceré de vosotros frente a las demás comunidades en el Día de la Resurrección” (Bihar al-Anwar, t.100, p.220, h.24). Es decir, el Profeta alentó al matrimonio, a la procreación y al fortalecimiento demográfico de la comunidad musulmana, para evitar la reducción de su población y el envejecimiento social, lo que haría a la umma vulnerable ante los enemigos.

La población joven es una fuerza vital en cualquier país, fuente de riqueza nacional y uno de los pilares del progreso cultural, político, económico y de seguridad. Además, en la medida en que el matrimonio y la formación de familias se realicen bajo las leyes divinas, la sociedad estará más protegida contra los problemas morales y las corrupciones sociales.

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